30 jun 2025 Publicado en: BLOG
Colores que abrigan: guía para salir del negro sin arrepentirse

Este invierno, en Magma, proponemos un pequeño gesto de rebeldía: salir del negro. O, al menos, empezar a convivir con otros tonos que también abrigan, también visten, también se sostienen. Colores que no necesitan gritar para hacerse notar. Que invitan a mirar de nuevo. Que generan profundidad, presencia y textura sin perder sobriedad.

Esta es nuestra guía para expandir la paleta sin perder el carácter. Porque sí: se puede salir del negro sin arrepentirse.

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1. Grafito: entre la sombra y la materia

No es gris claro, no es carbón. El grafito tiene ese tono denso que genera volumen sin oscurecer. Es un color que sugiere texturas, que se deja habitar sin agotar la mirada.

Funciona especialmente bien en lanas con cuerpo, pantalones de sastrería relajada, capas superpuestas y tejidos abiertos. Es el tono ideal para quienes quieren un negro con algo más.

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2. Vino oscuro: el gesto que se insinúa

El vino profundo —bordó, burdeos, granate apagado— aparece y desaparece según la luz. Tiene algo dramático, pero contenido. Elegante sin ser clásico, emocional sin ser romántico.

Este color se lleva bien con los neutros tierra, con el grafito, con el camel, incluso con el negro. Eleva cualquier look sin robar protagonismo.

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Marrón: la raíz del invierno

El marrón volvió, pero no como lo recordás. Este invierno aparece profundo, terroso, con alma de corteza y cuerpo de lana. Es el color del abrigo real, el que pisa firme, el que abriga con presencia sin hacer ruido.

Funciona como base neutra, pero tiene más vida que el gris y más calidez que el negro. Se lleva con beige, con grafito, con vino oscuro, incluso con blanco roto.

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4. Verde bosque: sobriedad que respira

El verde musgo, el verde seco, el verde bosque. Todos esos matices que remiten a naturaleza, a refugio, a tierra húmeda. Colores profundos pero no fríos. Que no piden atención, pero la merecen.

El verde bosque es perfecto para quienes quieren dejar el negro, pero aún no se sienten listas para el color. Es una puerta intermedia. Un gesto sutil de movimiento.

¿Por qué cambiar de color?

Vestirse no es solo cubrirse. Es también construir una narrativa visual. El color —aunque a veces lo subestimemos— genera clima, textura, deseo.

Salir del negro no es traicionarlo. Es ampliar el repertorio. Es darle al invierno otros matices, otras sensaciones, otras formas de abrigo.


Esta temporada, te invitamos a explorar. A elegir desde otro lugar. A vestirte como querés sentirte.

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