

Desde que irrumpió en la escena parisina con su primera colección a los 19 años, Simon Porte Jacquemus supo que no necesitaba seguir los códigos tradicionales para marcar historia. Su propuesta, profundamente ligada a su tierra natal —el sur de Francia—, a la luz del Mediterráneo, a los campos de lavanda y a los gestos simples de la vida cotidiana, redefine el lujo contemporáneo con una mirada única: cercana, emocional y libre.

Hoy, Jacquemus llega a Magma.
Y con él, todo un universo que celebra la belleza de lo no obvio: siluetas escultóricas pero relajadas, tonos tierra y pasteles que se funden con la piel, prendas que juegan entre lo funcional y lo poético. Sombreros que parecen acariciar el cuerpo y accesorios que se vuelven objeto de deseo inmediato. Accesorios que combinan funcionalidad y arte, y que capturan ese aire de libertad elegante que lo caracteriza.

Pero Jacquemus es más que ropa y accesorios. Es una historia.
Criado en una familia humilde de Provenza, Simon nombró a su marca en honor a su madre (su apellido de soltera). Desde sus inicios, su universo creativo se ha nutrido de la cultura en todas sus formas: la fotografía, el cine, la pintura, la escultura, las artes decorativas. Cada colección es una exploración visual y emocional del estilo de vida francés, interpretado desde lo contemporáneo. Los desfiles de Jacquemus son parte de su mito: una piscina parisina, el Museo Picasso, un trigal a las afueras de París, un campo de lavanda en Provenza, una playa en Hawái o el Castillo de Versalles han sido escenario de sus puestas en escena inolvidables.





