Exageramos lo cotidiano hasta volverlo brillante, improbable, teatral. Porque en un mundo donde la realidad muchas veces se siente absurda o desconcertante, respondemos con humor, deseo y una estética que lo transforma todo.
Nuestras protagonistas se ejercitan con medias brillantes, se afeitan en abrigos de peluche, guardan sus carteras en la heladera y toman vino tinto entre snacks y videojuegos con un conejo en su regazo. ¿Es absurdo? Sí. ¿Es real? También. Porque en Magma sabemos que el estilo no es algo que se pone, es algo que se habita.
La mujer Magma se mueve entre lo lúdico y lo sofisticado, entre lo sensible y lo irónico. Se expresa con formas, texturas, colores y contrastes. Juega con la cultura pop, con referencias globales, con objetos que parecen de juguete pero que hablan de una sensibilidad muy real. Su forma de vestir es una forma de decir.
En un tiempo donde la información abruma, las noticias saturan y la lógica del mundo muchas veces resulta incomprensible, esta campaña también propone un respiro. Una pausa visual y emocional. Un recreo estético que no niega la realidad, pero la interviene con color, con humor, con juego. Porque a veces el exceso no es ruido, sino refugio. Y lo bello, lo absurdo o lo brillante pueden ser también una forma de descanso.
Este gesto lúdico y expresivo no es casual. Viene de un recorrido creativo que hemos sabido transitar: lo conceptual, lo digital, lo literal. Este invierno elegimos habitar el artificio con intención. Crear imágenes que, como obras de arte pop, toman elementos reconocibles —una pelota, una heladera, un videojuego— y los resignifican en clave estética, desbordada, deliciosamente innecesaria. Nos movemos entre el diseño y la expresión, entre la moda y la puesta en escena, asumiendo que el artificio también puede ser una verdad emocional
Y eso también tiene que ver con Magma. Porque vendemos moda, pero también somos un universo de referencias. Trabajamos con marcas de todas partes del mundo, y en esa mezcla, se va armando una identidad múltiple, que refleja lo que somos: una tienda uruguaya con espíritu cosmopolita. Y nuestras campañas también cuentan esa historia. Por eso nuestras mujeres tienen algo de acá y algo de todos lados. Son locales y son globales. Son únicas.
Esta campaña también es una propuesta visual: una obra hecha de colores estridentes, brillos exagerados, texturas que invitan al tacto y formas que rozan el absurdo. No hay una única estética: hay una paleta emocional. Lo artístico está en la mirada, en el gesto, en el artificio que se vuelve verdad. Cada outfit es un cuadro, cada escena una puesta. Y en ese cruce entre la moda y el arte, celebramos el exceso como posibilidad expresiva.
Porque cuando todo se enfría, la mujer Magma prende fuego hasta lo cotidiano.
Y lo vuelve arte, lo vuelve lenguaje, lo vuelve un manifiesto visual de su forma de habitar el mundo.
